Orígenes de la Orden de Carmelitas Descalzos

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Orígenes Lejanos

Nuestros orígenes remotos vienen del bíblico Monte Carmelo, en la parte norte de Israel. Nuestros antepasados vivieron allí. La Orden del Carmen echó, pues, sus primeras raíces en Tierra Santa, cerca de Nazareth, la patria de Jesús.

Efectivamente, por los años 1200, encontramos, a la falda mediterránea de ese monte, un grupo de laicos que vivían como monjes solitarios en torno a una capilla dedicada a la Virgen. De ahí la denominación de “Santa María del Monte Carmelo”. Formaban una pequeña comunidad fraterna dedicada a orar y a trabajar en silencio. De esa forma podían acordarse más de Dios y vivir su presencia casi constantemente.

Ese estilo de vida fue aprobado primero por Alberto, Obispo de Jerusalén, por los años 1209-1214, y luego por el Papa Honorio III el año 1226.

Monte Carmelo, pequeña sierra al noroeste de Israel. Desde los tiempos primitivos, el monte Carmelo se consideró un lugar sagrado, en el que existía un altar para Yahvé. Tradicionalmente, se ha considerado que en él tuvo lugar el enfrentamiento entre el profeta hebreo Elías y los profetas de la divinidad Baal (1 Re 18,20-39). El monte Carmelo también es célebre en la Biblia por su belleza natural (Cant 7,6; Is 35,2). En tiempos postbíblicos, el monte Carmelo continuó siendo un lugar sagrado para muchas religiones. En 1150 se fundó en este monte la orden religiosa de los carmelitas. El monasterio, reconstruido en 1828, tiene vistas a la bahía de Haifa.

El paso a Europa

La avalancha musulmana era imparable. Ya por el año 1238 nuestros antepasados comienzan a volver a sus tierras europeas de origen. Por fin, el año 1291 las hordas árabes ocupan definitivamente nuestra cuna y martirizan a los ocupantes que quedaban. Años más tarde, en1631, los hijos de Santa Teresa de Ávila, volverán de nuevo a ocupar aquellos lugares nostálgicos y venerados.

Después de innumerables dificultades, los frailes carmelitas conseguirán su implantación e Europa. Finalmente, el Papa Inocencio IV retocará algunas cláusulas de la “fórmula de vida” solitaria aprobada por el obispo Alberto, para que también pueda misionar a las gentes. Esto ocurre en 1247.

La rama femenina y seglar

Muy pronto habrá hombres y mujeres, que quieren imitarles en su género de vida y su ardorosa devoción a la madre de Dios, la Virgen del Carmen. De ahí nació la devoción al escapulario del Carmen, como señal de pertenencia a su Orden y de su protección maternal.

Por el año 1452 comienzan a organizarse los monasterios de las monjas carmelitas de claustro. Pero también se forman grupos o cofradías de seglares, que viven el espíritu del Carmelo desde la seglaridad, permaneciendo en sus familias.

Y en uno de esos monasterios de monjas, llamado “La Encarnación” de Ávila (España), entrará la que luego sería santa Teresa de Jesús.

La Orden de Carmelitas Descalzos es una Orden en la Iglesia Católica Romana fundada por Santa Teresa de Ávila. Su gran trabajo de reforma comenzó por ella misma.

El Título Oficial

El título oficial de nuestra Orden es un poco largo: “Hermanos Descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”. Simplificándolo, en tiempos pasados nos hemos denominado “Carmelitas Descalzos. Hoy preferimos llamarnos “Carmelitas Teresianos”.

Nuestro escudo es un monte con una cruz encima. Se añaden tres estrellas, que pueden evocar distintos grupos trinos: la Trinidad Santa; la familia de Nazaret: la Virgen del Carmen con Teresa de Ávila y Juan de la Cruz; las virtudes básicas: fe, esperanza y amor.

Expansión

De esa semilla sembrada por santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz nacerían muy pronto muchísimos conventos de monjas y frailes en España, Europa, América, Asia y África.

Más aún, al correr de los tiempos, nacerían también otras Congregaciones, sobre todo, de religiosas. Todas ellas viven el espíritu, la savia de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, dedicándose a la oración como amistad y a hacer el bien a todos. Incluso nacerían muchos grupos de seglares, que, sin dejar su modo de vida seglar en sus familias, beben de la doctrina y vida de ambos santos: es lo que llamamos “carisma teresiano”.

El carisma

Entonces, el carisma es como el estilo de tratar con Dios y de vivir entre nosotros, heredado de santa Teresa de Jesús, de Ávila. El carisma es la Espiritualidad como el apellido de una familia religiosa, su especialización, su color o la sangre de la familia.

Nosotros decimos que nuestro carisma es la Espiritualidad. Con esa palabra queremos resumir dos cosas: vivir intensa e íntimamente la amistad con Dios, y la vida de fraternidad entre nosotros. Eso es vivir la vida “en espíritu”, en profundidad, desde dentro.

La imagen mejor para indicar esa vivencia con Dios es la casita de Nazaret. Nos sentimos miembros de esa familia. No en vano Dios prometió a Teresa que san José y la Virgen guardarían las puertas de sus casas y que “Cristo andaría con nosotras” ( V 32,11). Por eso Teresa misma y toda su familia, la Orden del Carmen, es muy devota de la Virgen y de san José.

Pero esa vivencia “en intimidad divina”, no sólo la queremos vivir nosotros, sino también comunicarla a los demás. Para esa finalidad, organizamos centros de retiros y de espiritualidad, donde se vive y se enseña a vivir esta amistad íntima con Dios en todo momento. La Casa de Retiros del Santuario de Los Andes es un ejemplo en Chile.

Pero también dentro del carisma teresiano entran las Misiones. En efecto, Santa teresa de Jesús, de Ávila, vivió intensamente la evangelización de las nuevas tierras americanas.

En casos de emergencia y para ayudar a los obispos necesitados, también nos hacemos cargo de algunas parroquias, como es le caso de la parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar. Y ante situaciones muy especiales, también echamos a andar temporalmente algunos colegios de niños, como fue el caso de la escuela Carmelitana de Viña del Mar.